"TITERES" de Javier Villafañe, con
xilografías de Lucrecia Chaves,
Se terminó de Imprimir el 15 de Octubre de 1967
En "La Andariega" —una carreta tirada por dos caballos—
salimos de Buenos Aires en el año 1935 con el Soldadito de Guardia, el Brujo,
el Capitán, Juan Pedro Ramos, los Fantasmas, Javier Villafañe, María, el
Diablo, el Caballero de la Mano de Fuego y Trenzas de Oro.
Hacíamos representaciones en las calles,
en las plazas, en la puerta de las escuelas. El teatro se armaba en la misma
carreta: una lona, un telón y arriba, como único adorno, el Gallo Pinto, una
veleta dé lata, inmóvil, invariablemente señalando el Norte.
Cuando dábamos funciones por la noche, se
iluminaba el escenario con faroles de querosén que colgaban del techo de la
carreta o de las ramas de un árbol.
Viajábamos sin prisa, sin itinerario. Nos
deteníamos donde nos atajaba la noche. Y mientras
uno de los titiriteros desataba los caballos, el otro preparaba el mate y el
asado.
La carreta se quedó en el sur de la
provincia de Buenos Aires, en Miramar. Seguimos andando en un carro de dos
ruedas tirado por una yegua tordilla que se llamaba Mariposa. Después en una
canoa por los ríos Paraná y Uruguay. Después en una casa rodante. Después en barcos,
en trenes, en aviones. América, Europa, Asia. Andar es el destino del
titiritero.
Estas obras: "La calle de los
fantasmas", "El picaro burlado", "El soldadito de
guardia", "El caballero de la mano de fuego", "El gallo
ciego", "Aventuras de Pedro Urdemales", "Vida, pasión y
muerte de la vecina de enfrente" y "El casamiento de Doña
Rana", las representó "La Andariaga" por ciudades y pueblos para
diversión de los niños.
Maese Trotamundos
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